sábado, diciembre 09, 2006

La cárcel de Segovia abre una media de 250 expedientes disciplinarios al año

Los sindicatos creen que la saturación que sufre el centro de Perogordo está detrás del incremento de los conflictos La convivencia se ve dificultada por el aumento de presos extranjeros

C. B. E./SEGOVIA
Recinto carcelario de la prisión de Segovia. / ANTONIO DE TORRE

Los delegados segovianos de la Central Sindical Independiente (CSI-CSIF) han advertido en reiteradas ocasiones la saturación que sufre el centro penitenciario de Segovia, ubicado en Perogordo. Las últimas cuentas demostraban que la saturación de reclusos en cuatro módulos la prisión provocaba que la cárcel estuviera al 140% de su capacidad idónea.

Para el sindicato, esta masificación desvirtúa la voluntad con la que se crearon las instalaciones penitenciarias de Perogordo, inauguradas en noviembre del 2000. Como dijo en su día el ex ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, la intención era «respetar la vocación pedagógica de este centro, que no tiene nada que ver con una cárcel tipo. Contará con 344 plazas y otras opcionales que nunca superarán el centenar», argumentó el entonces titular.

Esta declaración de principios no se ha cumplido seis años después, recuerdan los representantes de la central sindical. La dirección del centro de Perogordo estima que la población interna que cumple condena y que está en situación preventiva en la cárcel de Segovia oscila alrededor de las 510 personas.

MasificaciónLa lógica parece aplastante. A más presos cumpliendo condena, las posibilidades de rehabilitación y formación disminuyen y aumenta el riesgo de conflictividad, sobre todo si se tienen en cuenta las carencias de personal que han denunciado repetidamente los sindicatos.

Si se echan cuentas, la dirección de la cárcel segoviana de Perogordo abre prácticamente un expediente disciplinario a un recluso cada día. El director de la prisión, José María García, calcula que la media anual puede rondar las 250 tramitaciones de sanción contra presos que desobedecen las normas internas de convivencia dentro del recinto donde cumplen condena.

Tanto CSI-CSIF como la Agrupación de los Cuerpos de Instituciones Penitenciarias (Acaip) han apuntado que este aumento de los conflictos está en buena parte provocado por la masificación que registra la prisión segoviana.

Además, hay que sumar un nuevo factor cada vez más presente en las celdas de las cárceles españolas y que también se está produciendo en el centro penitenciario de Perogordo. Se trata del constante aumento de la población reclusa extranjera, especialmente de origen árabe, como ya alerto en su día la Agrupación de los Cuerpos de Instituciones Penitenciaria.

Convivencia con foráneos
En la actualidad, se estima que más de un centenar de los cerca de quinientos presos que cumplen condena en la prisión de Segovia son foráneos, con una especial prevalencia de los reos árabes. Para Acaip este escenario supone un plus de peligrosidad dentro de los recintos. Además, se añade la barrera del idioma, lo que dificulta aún más la convivencia entre los propios presos

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